De las distintas técnicas de reproducción asistida, es probable que esta sea la primera que te recomienden si muestras alguna dificultad para quedarte embarazada. Y es que, la Inseminación Artificial es el método menos invasivo y económico para aumentar tus posibilidades de ser madre.
Como muestra de su eficacia un dato, una de cada cuatro mujeres que se realizan una inseminación artificial consigue quedarse embarazada, como máximo después de tres ciclos de tratamiento. En medicina reproductiva esta es una cifra nada desdeñable, pero más importancia tendrá para ti y tu pareja cuando paséis a formar parte de esa estadística positiva.
¿Qué es la Inseminación Artificial?
La diferencia esencial con otro tipo de tratamiento de reproducción asistida es que, en el caso de la inseminación artificial, la fecundación tiene lugar dentro de la madre, no en el laboratorio. Eso sí, el semen no se introduce de forma natural, se utiliza un catéter para depositarlo en tu útero. Esa es la principal intervención que se hace, aunque no la única, todo para garantizar las condiciones más óptimas para que se produzca el embarazo.
Como puedes imaginar, la inseminación artificial no tiene nada que ver con un procedimiento complejo o que requiera tu hospitalización. Además de unas cuantas visitas de control a nuestra clínica de fertilidad, en las que se te realizan básicamente ecografías vaginales y puede que alguna analítica, la parte esencial del tratamiento no dura más de unos minutos. Después de la fecundación, abandonas la consulta y te vas a casa.
Para ser más precisos, dentro de la inseminación artificial hay distintas variantes. Por supuesto, las dos que tienen que ver con el origen del semen, si es de la pareja o proviene de un donante. Pero, además, dependiendo del lugar exacto en el que se implantan los espermatozoides hablamos de inseminación intravaginal, intrafolicular, intratubárica e intracervical. Aunque, la más habitual es la intrauterina, precisamente porque es la que muestra mayores porcentajes de éxito.
¿Cuándo se Recomienda la Inseminación Artificial?
La inseminación artificial es lo más cercano al procedimiento natural para tener un hijo. Su objetivo es aumentar las probabilidades de embarazo con una mínima intervención enfocada en dos aspectos: concentrar la cantidad de espermatozoides y reducir la distancia que tienen que recorrer hasta alcanzar el óvulo. De esta forma, es más fácil que la fecundación se transforme en un embarazo.
Evidentemente, está indicada para parejas que llevan un tiempo de intentos continuados y fracasados de tener un hijo por sus propios medios. Sin embargo, precisamente porque no la inseminación es poco intervencionista no es eficaz para casos severos de infertilidad. En ese campo intermedio, es en el que se opta por recomendar este tratamiento.
Una de las premisas para probar con la inseminación artificial es que la mujer no tenga más de 35 años, buena reserva ovárica y con unas trompas de Falopio funcionales. También es preferible que se intente en plazo breve según se empiezan a notar problemas de esterilidad en ambos o alguno de los dos miembros de la pareja como:
- Causas desconocidas (esterilidad idiopática)
- Mujeres con endometriosis
- Si se padece el síndrome del ovario poliquístico u otras alteraciones de la ovulación
- Problemas durante el acto sexual como vaginismo, impotencia o eyaculación retrógrada.
- Anomalías en el cuello del útero o falta de moco cervical
- Mala o baja calidad seminal
Las parejas de lesbianas o mujeres que quieren acceder a la maternidad sin la presencia de un hombre también pueden probar con la inseminación artificial, en la variante que implica el uso de semen de donante, aunque en el caso de que quieran ser partícipes ambas siempre podrán optar por el Método ROPA.
Fases de la Inseminación Artificial
Un procedimiento de inseminación artificial es una técnica reproducción asistida sencilla, aunque eso no significa que no requiera de ciertas acciones. El proceso completo viene a durar 15 días, que comienzan con el primer día de tu ciclo menstrual.
Previamente, es imprescindible un estudio ginecológico completo y un análisis del esperma. Además, son convenientes pruebas para detectar la presencia de enfermedades infecciosas como hepatitis C, SIDA o sífilis, entre otras.
1. Control y estimulación de la ovulación
En todas las inseminaciones artificiales se hará un estudio previo de tu ciclo menstrual y se llevará un estricto control sobre su desarrollo. No en todos los casos, aunque es lo más frecuente, tomarás una medicación hormonal a modo de estimulación ovárica, normalmente de menor intensidad que la usada en otras técnicas como la FIV.
Entre el día 10-12, cuando los folículos tienen el tamaño adecuado, se te pondrá una inyección de hCG para provocar la ovulación. Transcurridas unas 36 horas, se procede a la inseminación.
2. Capacitación Espermática
El mismo día que se programa la inseminación, el laboratorio recibe la muestra de esperma fresco o procede a descongelarla si es de un banco de donantes. Se procede a su preparación, que consiste en seleccionar los espermatozoides con mayor movilidad y probabilidades de fecundar el óvulo.
3. Inseminación
La introducción del semen se realiza en nuestras instalaciones, sin necesidad de sedación. Te quedarás unos minutos reposando por precaución, antes de vestirte e irte a casa.
Tasa de Éxito de la Inseminación Artificial
Los datos de embarazos conseguidos mediante una inseminación artificial se mueven entre el 15% y el 25%. Un índice más que interesante si se tiene en cuenta que es un tratamiento de los denominados de baja complejidad, es decir, con mínima intervención de la medicina, en los que los porcentajes de éxito son siempre menores que en procedimientos más complejos.
También hay tener en cuenta que entran en juego diferentes factores que aumentan tus opciones de ser madre. Desde luego, la edad de la mujer es determinante, por encima de los 36 años se reducen las tasas de embarazo. También tiene gran influencia la calidad del semen. De hecho, si la inseminación se realiza con esperma de donante, se ha contrastado que las fecundaciones con éxito aumentan. En todo caso, las distintas variantes se te irán proponiendo en función de tus circunstancias personales.
Otra cifra interesante que es una clara muestra de la eficacia de esta técnica de reproducción asistida. Actualmente en España ya se superan de largo las 20.000 inseminaciones artificiales al año. Si le sumas sus porcentajes de éxito y lo asequible que resulta, seguro que tus dudas van desapareciendo. Ahora sólo te queda confirmar que encajas en los supuestos para los que se recomienda la inseminación artificial y… ¡No dejar pasar esta oportunidad!