Las causas que dificultan un embarazo son muy variadas. Un buen tratamiento reproductivo es aquel que se ajusta a la circunstancia particular de cada persona. Pero, el mejor tratamiento es el que resuelve el problema de la forma menos intervencionista. No siempre es necesario aplicar todo el proceso, sino sólo actuar en una de las etapas. Un claro ejemplo de esto último es el de la inducción a la ovulación.
También denominada superovulación, es la técnica que se utiliza con mujeres que sufren anovulación o una ovulación irregular. La inducción a la ovulación sirve para garantizar la producción y maduración de óvulos, además controlando las fechas en las que se produce. Realmente, se trata de un procedimiento que se incluye como parte de todas las técnicas de reproducción asistida.
Sin embargo, puede usarse de forma independiente. De hecho, aunque es muy habitual combinar la inducción a la ovulación con la inseminación artificial, también es efectiva la fórmula del coito programado. ¡Una respuesta concreta ajustada a tu necesidad!
¿Qué es la Inducción a la Ovulación?
Probablemente estamos ante una de las técnicas de la medicina reproductiva que mejor imita al mecanismo “natural” de la fecundación. Gran parte de este procedimiento se enfoca al control y confirmación de que se ha producido la ovulación. La otra tiene que ver con proporcionarte una asistencia farmacológica para estimular tus ovarios. Luego, sólo queda proceder a fecundar en el momento óptimo para que sea un éxito.
El método de la inducción a la ovulación, por tanto, consiste en suministrarte una medicación hormonal y realizarte un par de ecografías para confirmar que los óvulos tienen el tamaño adecuado. Entonces, se induce la ovulación y se programa el momento de la fecundación.
Es importante distinguir entre la inducción a la ovulación y la hiperestimulación ovárica controlada, aunque la línea que separa ambos tratamientos es muy fina. En la primera el objetivo es estimular la ovulación normal en mujeres con disfunción ovárica. Aunque, muy a menudo se usa para aumentar la producción de óvulos (hiperestimulación) no es esa su finalidad. Con la inducción no se busca conseguir más cantidad de óvulos en un ciclo, sino garantizar una ovulación sana.
Por supuesto, antes de aplicar esta técnica reproductiva es necesario un estudio y diagnóstico previo para confirmar que no consigues quedarte embarazada por un fallo en tu ovulación. Algo que sólo necesita una exploración ginecológica completa y, en algunos casos, ciertas pruebas complementarias para descartar otras posibles causas de infertilidad.
¿Cómo se realiza la Inducción a la Ovulación?
La inducción a la ovulación es un procedimiento simple, que consiste en un tratamiento hormonal que se suministra en inyectables, bien intramusculares, bien en forma subcutánea. Normalmente te medicas en tu propia casa y sólo hace falta que vayas a la clínica para los controles ecográficos pertinentes.
La duración del tratamiento es muy variable porque está condicionada por la respuesta del cuerpo de cada mujer. Piensa que se intenta respetar tu ciclo menstrual natural, que la idea inicial es sobre todo controlarlo. Aún así, lo habitual es que los ciclos se muevan entre los 9 y los 16 días, contando desde el primer día de tu menstruación. Hay mujeres que tardan hasta tres semanas en responder, ¡no te preocupes sin necesidad!
¿Para quien está indicado la Inducción a la Ovulación?
Sin óvulos, el embarazo es imposible. La inducción a la ovulación es un procedimiento pensado para los casos de infertilidad que responden a esta circunstancia. Sobre todo, para aquellas mujeres que no ovulan de forma natural, aunque sus ovarios sí tienen capacidad para hacerlo, es decir, cuentan con reserva ovárica suficiente.
La incapacidad o irregularidad en la ovulación responde a distintas causas. Puede que el mecanismo por el que el cerebro ordena que ovules no funcione. O, por el contrario, que el fallo esté en los ovarios, que no sean capaces de responder a los estímulos que se les envían desde el hipotálamo. El caso es que, si se comprueba que tus ovarios pueden ovular, mediante la inducción se produce esa estimulación mediante medicación.
Los dos supuestos básicos para los que esta técnica resulta ideal son:
- Mujeres que presentan infertilidad por anovulación y amenorreas
- Mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico
Además, se utiliza con las donantes de óvulos y, de forma general, se incluye este procedimiento como parte de las inseminaciones artificiales y las fecundaciones in vitro.
Proceso de la Inducción a la Ovulación
Tras la consulta y exploración previa imprescindible para confirmar la viabilidad de la inducción para tu caso, el proceso se inicia con el primer día de tu menstruación y consta de cinco fases:
1. Estimulación para la maduración de los óvulos
Es el momento de suministrarte dos hormonas, la folitropina (FSH) y la lutropina (LH) presentes en el ciclo menstrual natural. Dependiendo de que seas un caso de baja o alta complejidad dentro de la clasificación con la que se trabaja en los tratamientos de reproducción asistida, habrá que proporcionarte una dosis más o menos elevada. Incluso, aunque no es lo habitual, puede que no haga falta un aporte farmacológico y esta fase se limite a un control para determinar el momento exacto en el que los folículos están maduros y con su tamaño correcto. Esta etapa culmina siempre con una ecografía vaginal.
2. Inducción a la ovulación
Cuando se comprueba que los óvulos miden 18 mm o más, es el momento de que recibas una inyección de gonadotropina coriónica HCG, la hormona que desencadena la ovulación.
3. Fecundación
Se calcula y programa, normalmente para las 36-40 horas posteriores a haberte puesto la HCG. La fórmula se habrá decidido en función de las circunstancias de vuestro caso. Las posibilidades son tres: inseminación artificial, fecundación in vitro o relaciones sexuales convencionales.
4. Preparación del endometrio
Para reforzar las probabilidades de éxito de tu embarazo no es extraño que recibas un tratamiento de apoyo recibiendo dos dosis más de HCG o progesterona vía vaginal.
5. Test de embarazo
¡El gran momento! Te confirman que hay embarazo o, si los resultados son negativos, puedes volver a intentar una inducción a la ovulación en pocas semanas.
No siempre acudir a un centro de reproducción asistida implica someterte a un complejo tratamiento. Si es necesario, existen técnicas muy completas. Pero, si tu caso está bien delimitado, bastará con actuar sobre el problema concreto. Ya has visto que la inducción a la ovulación es un claro ejemplo. Una medicación controlada y una supervisión minuciosa allanan tu camino a la maternidad. ¡Déjate aconsejar por los especialistas!