Ser madre es la ilusión compartida de muchas mujeres. Sin embargo, razones personales, laborales o médicas pueden complicar tu decisión. Por suerte, en el otro lado de la balanza están los avances científicos como herramienta para que lo consigas. Sin duda, la Fecundación in Vitro desempeña un papel protagonista dentro de las técnicas de reproducción asistida.
Porque lo importante es que no pierdas la esperanza. En concreto, la Fecundación in Vitro es el procedimiento reproductivo más eficaz, con tasas de éxito que se acercan al 60%. Descubre en qué consiste y si serías una buena candidata. Informarte a través de una primera visita gratuita en IFER es el primer paso imprescindible para alcanzar tu sueño.
¿Qué es la Fecundación In Vitro?
La FIV (Fecundación in Vitro) es una técnica reproductiva que se caracteriza porque la fecundación del óvulo por el espermatozoide se lleva a cabo en un laboratorio, fuera del cuerpo de la mujer. Una vez obtenido el embrión, este se implanta en el útero de la madre.
En principio, la Fecundación in Vitro utiliza tus propios óvulos y el esperma de tu pareja. Pero, si fuese necesario se puede recurrir a la donación de uno o ambos elementos.
¿Para quién está indicada la Fecundación in Vitro?
Afortunadamente, el FIV es un procedimiento que resuelve un amplio espectro de problemas de fertilidad. Estos son los más habituales:
- Obstrucción o lesiones en las Trompas de Falopio. Este es justo el punto del aparato reproductor femenino donde ocurre la fecundación de forma natural. Además, es una posible salida si te has realizado una ligadura de trompas.
- Mujeres con endometriosis. Esta enfermedad no es peligrosa, pero está en el origen de muchos casos de esterilidad, ya que acaba afectando a la calidad de los ovarios y a las trompas. Consiste en el crecimiento fuera del útero de tejido endometrial.
- Baja reserva ovárica. Aquí hay un principio determinante, tu edad. Aunque el cuerpo femenino puede producir una menor cantidad de óvulos por otras causas, hay una relación proporcional entre más años y menos ovarios disponibles.
En general, se recomienda cuando otras técnicas más sencillas, como la inseminación artificial, han fallado. Incluidos supuestos como anormalidad en la producción del semen de tu pareja o trastornos genéticos hereditarios. También puedes optar por el FIV antes o después de someterte a un tratamiento oncológico que podría tener repercusiones en tu fertilidad.
Fases de la Fecundación in Vitro
La duración de un tratamiento completo de FIV ronda las 4 o 5 semanas. Es lo que se denomina ciclo. En este tiempo tendrás que acudir a la clínica más de una vez y pasar por estas pruebas y etapas:
1. Estimulación Ovárica
La ley de probabilidades se impone en esta etapa inicial porque cuantos más óvulos se puedan fecundar, más posibilidades hay de éxito. Tus ovarios van a trabajar al máximo. Para estimular la producción recibes un tratamiento hormonal específico según tus características.
Lo más habitual es que te pongas una dosis autoinyectable durante unos 10 días, en tu propia casa y manteniendo el mismo horario para que sea más efectiva. Se te hace un seguimiento mediante ecografías vaginales y análisis de sangre para comprobar el desarrollo de los folículos.
No te asustes si no se consiguen resultados en el primer ciclo de estimulación. A veces es necesario un ajuste de la medicación hasta alcanzar los niveles adecuados de ovulación.
2. Punción Folicular
Mediante una ecografía se comprueba que los folículos tienen el tamaño ideal (19/21 mm). Es el momento de programar la extracción. Tras una última inyección, se interviene en los 34-36 horas posteriores. Es un ingreso ambulatorio, te pondrán sedación y analgesia para que no sientas molestia alguna. Dura unos 15 minutos y después te vas a casa. Como mucho notarás algo de presión o calambres en las horas posteriores. En esta segunda fase también se procede a la toma de esperma y su análisis.
3. Cultivos de Embriones y Fecundación In Vitro
Es el momento de la fecundación, utilizando una de estas dos técnicas: la FIV tradicional o la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI). En la primera, se pone en una placa de cultivo el óvulo y una gran cantidad de espermatozoides. Si es mediante ICSI, se introduce directamente el espermatozoide elegido dentro del óvulo.
Sólo queda hacer un seguimiento del desarrollo de los embriones durante unos días, antes de elegir el mejor candidato para implantártelo
4. Transferencia de Embriones
Puedes estar más que tranquila, esta parte del procedimiento es rápida e indolora, ¡ni siquiera necesitarás analgesia! Te introducen un catéter por la vagina para depositar los embriones en tu útero. Dependiendo de tus circunstancias, pueden recomendarte reposo o algún tipo de medicación durante los días posteriores.
5. Proceso Posterior a la Transferencia de Embriones
Después de esperar unos 12-14 días, llega la hora de la verdad: la prueba de embarazo.
¿Cuántos ciclos puedes realizarte?
Es evidente que cuando te sometes a un tratamiento de fertilidad esperas tener buenas noticias desde el primer momento. Ya has esperado bastante y es normal que te sientas impaciente. Sin embargo, mejor si estás preparada. Porque esto no son matemáticas y cada mujer es un mundo.
En general, someterse a tres ciclos sin resultados positivos entra dentro de lo normal. Incluso, hay estudios que señalan que las posibilidades de embarazo aumentan según te sometes a más. Algunos expertos hablan de una “tasa acumulativa” que hace que, tras el cuarto ciclo de FIV, la efectividad suba entorno a un 40% respecto al primer intento. Salvo excepciones, esta cantidad de cuatro es el máximo que se aconseja, aunque no es una respuesta definitiva.
Si estás teniendo dificultades para quedarte embarazada, ten presente dos ideas. Por un lado, que la medicina reproductiva cuenta con instrumentos para resolver la infertilidad. Desde luego, la Fecundación in Vitro no sólo es una de esas técnicas, sino la más eficaz. Por otro, que cuanto antes te pongas en manos de profesionales, más posibilidades tienes de conseguir el embarazo deseado.