¿ES POSIBLE EVITAR LOS ABORTOS ESPONTÁNEOS?
Primero de todo debemos definir que es un aborto, es la pérdida de un embarazo antes de la 20 semana de gestación y con peso fetal igual o inferior a 500 gr.
Respecto a la mujer abortadora habitual podemos decir que es aquella con pérdida de dos o más gestaciones de forma consecutiva, antes de la 20 semana de gestación y con peso fetal igual o inferior a 500 gr. Esta definición es muy variable. Clásicamente se ha aceptado que el momento adecuado para iniciar un protocolo de estudio en una pareja con abortos de repetición es a partir del tercer aborto. Sin embargo, actualmente hay una tendencia a considerarlo a partir del segundo aborto consecutivo, sobre todo cuando se tienen en cuenta la edad de la mujer y el tiempo que tarda en conseguir una gestación evolutiva. Lo razonable es individualizar cada caso y considerar la edad de la mujer, las circunstancias que rodean las pérdidas gestacionales tempranas, los antecedentes personales y familiares y la ansiedad de la pareja.
Sólo se incluyen las pérdidas de gestaciones documentadas por ecografía o histopatológicamente, es decir los embarazos bioquímicos (aquella situación con test de embarazo positivo pero que se pierden antes de que pueda objetivarse embarazo mediante ecografía) no estarían incluidos en la definición de abortos de repetición.
El aborto es la complicación más frecuente de la gestación. Respecto a la etiología, podemos objetivar una causa únicamente en el 50% de las parejas.
Respecto al pronóstico cabe destacar que, si la causa de los abortos de repetición es desconocida, casi el 70% de las parejas conseguirán un recién nacido vivo en la próxima gestación (aunque depende de la edad y número de abortos previos).
Existen numerosas causas que pueden provocar abortos de repetición como son anatómicas, genéticas, inmunológicas, endocrinológicas, infecciosas etc. Siempre que encontremos la causa que los provoque debemos tratarlo para conseguir una próxima gestación evolutiva.
Respecto a la causa más frecuente de abortos es la causa genética, de tal manera que el 99% de las gestaciones con anomalías cromosómicas acaban en aborto antes de la 10ª semana de gestación. El 50-60% de abortos espontáneos del I trimestre es por alteraciones cromosómicas del embrión. La mayoría de las cromosomopatías son de novo, es decir, los progenitores tienen los cromosomas normales, pero tras la unión del óvulo y espermatozoide la dotación cromosómica en el embrión está alterada de manera espontánea y esto es más frecuente a mayor edad materna.
Es frecuente que la pareja se plantee dos cuestiones:
- Tras un primer aborto ¿debo realizar un estudio exhaustivo para que no vuelva a pasar? Y la respuesta es NO ya que la incidencia de aborto en la población general es de un 11 al 15% y posteriormente no tiene porqué repetirse. Es cierto que la etiología cierta de dicho aborto no se sabrá (la mayoría de las veces son cromosomopatías como hemos dicho anteriormente) ya que aunque recurramos al legrado (extracción del material abortivo en quirófano para vaciar la cavidad uterina) y enviemos el material extraído para analizar a anatomía patológica, éstos normalmente informan de restos abortivos pero sin concretar la causa, por lo que en estos casos no haría falta realizar ningún estudio complementario. Pero y tras un segundo aborto ¿deberían realizarme un estudio de abortadora habitual? Esto está en entredicho, hay sociedades científicas que refieren que tras dos abortos deberíamos estudiar a la pareja por si encontramos una causa y será en caso de tener un factor causante de los abortos cuando debamos tratarlo, pero si no encontramos la causa, la posibilidad de conseguir una próxima gestación evolutiva es de un 70-75%. Sin embargo, otras sociedades científicas refieren que se deben producir 3 abortos consecutivos para iniciar el estudio de la pareja.
- ¿Qué debo hacer para no tener otro aborto? Es una pregunta muy frecuente entre las parejas, consiguen gestación y existe un miedo atroz hasta que sobrepasan las semanas cuando se produjo el aborto previo. En este caso ni el reposo ni la progesterona ni ningún tratamiento (siempre que no haya una causa estudiada del aborto) ha demostrado de forma evidente que sea eficaz para que no se produzca un nuevo aborto. Por lo tanto, el reposo absoluto no está indicado, otra cosa diferente es si la paciente inicia sangrado, en este caso aunque tampoco haya evidencia científica, frecuentemente es indicado, al igual que a veces ponemos algún tratamiento de forma empírica o profiláctica aunque no exista evidencia científica. Sí se ha demostrado que existe eficacia en lo que los anglosajones llaman Tender Loving Care y consiste en la visita con o sin ecografía semanal hasta una semana posterior al aborto acaecido de mayores semanas de gestación, parece que se produce un apoyo psicológico a la mujer y su pareja cuyos efectos han sido positivos en la gestación que se está controlando.
Cualquier duda adicional sobre las pruebas de fertilidad y tratamientos de reproducción asistida que realizamos en IFER, estaremos encantados de resolvértelas en tu primera visita médica gratuita presencial en nuestra clínica de Mallorca.
Un fuerte abrazo, Ana Belén Castel Seguí
Directora Médico de Instituto de Fertilidad Mallorca