LA IMPORTANCIA DEL APOYO PSICOLÓGICO DURANTE EL TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD
Cuando a una pareja le toca enfrentarse a problemas de fertilidad, la ansiedad y los miedos pueden llegar a adueñarse de sus vidas, llegando a crear una brecha tanto en la propia pareja como en las relaciones con su entorno más cercano.
El retraso de la maternidad, como ya os hemos hablado en post anteriores de nuestro blog infertilidad, por circunstancias económicas o personales, ha supuesto en algunos casos, que conseguir un embarazo cuando la pareja desea tener hijos sea un camino cuesta arriba, y la única manera de cumplir el sueño de ser padres, sea acudiendo a una clínica de fertilidad para realizar un tratamiento de reproducción asistida.
Somos conscientes de que para muchas parejas el tener que acudir a técnicas de reproducción asistida para ser padres les pueda llegar a suponer un fracaso, mermando su autoestima e incluso pudiendo derivar en problemas de pareja, para superar ese bache y comprender que los tratamientos de fertilidad son una ayuda a la pareja y no un fracaso, y entender que las clínicas de fertilidad son un mero medio más para conseguir el embarazo deseado, es de vital importancia contar con un apoyo psicológico durante todo el proceso, tal y como nosotros ofrecemos a nuestros pacientes en IFER.
El estado emocional influye a la hora de lograr el éxito en el embarazo, pero también es importante que la pareja asuma la nueva etapa que va a vivir, antes y durante el tratamiento de fertilidad, así como después del embarazo.
Por eso hoy, nuestra especialista en psicología de reproducción María Antonia González, os hablará sobre la importancia del apoyo psicológico durante el tratamiento de fertilidad.
¿CÓMO AFRONTA LA PAREJA LA ESTERILIDAD?
El deseo de tener un hijo es el producto de un desarrollo individual. De esta forma se puede decir que ambos miembros de la pareja sufren. Si bien es cierto que lo hacen en diferente medida y forma. En el caso de la mujer si hablamos de una pareja heterosexual, es la que se lleva una mayor carga en el tratamiento. La mujer debe asumir la estimulación hormonal que en algunos casos puede provocar efectos negativos sobre el estado emocional y físico de estas pacientes. La feminidad asociada generalmente a la maternidad otorga al rol materno una importancia preferencial. Asumiendo si cabe más responsabilidad en el proceso.
El desconocimiento y la falta de participación del hombre en los tratamientos de reproducción asistida hacen que la empatía con la mujer a veces brille por su ausencia. El afrontamiento de ambos miembros de la pareja a estos tratamientos va a depender de la personalidad de cada paciente, de aspectos biográficos, de creencias en torno a la maternidad y fertilidad y de procesos interpersonales entre la pareja. Es fácil que muchas parejas relaten que la dificultad para ser padres les ha unido más y en otros casos, el estrés supera a la relación hasta el punto de poder provocar una ruptura en la pareja.
LA DECISIÓN DE TOMAR EL CAMINO HACIA LA REPRODUCCIÓN ASISTIDA.
El impacto psicológico ante un diagnóstico de infertilidad es una situación que provoca una crisis en la persona. Ante un diagnóstico de este tipo la persona tiende a preguntarse por qué a ella, en algunos casos, tiende a culpabilizarse sobre la historia de vida pasada, como si fuera responsable de la dificultad o imposibilidad para tener hijos. En la mayoría de los casos, las parejas desconocen el proceso médico que van a seguir, sus posibles ventajas y desventajas, porcentajes de éxito y fracaso, así como la cantidad de energía que van a necesitar para enfrentarse al desgaste psicológico que acompaña al diagnóstico y tratamiento de la infertilidad. El sufrimiento que supone esta situación para la pareja, unido a lo prolongado, que, en algunas ocasiones, llega a convertirse el proceso de tratamiento, hace que sea muy recomendable la existencia de una Unidad de Apoyo Psicológico en los Centros de Reproducción Asistida. Decir que elegir el camino de la reproducción asistida siempre es el camino de la solución. Cuando deseas con todas tus fuerzas ser padre o madre, el camino de la reproducción es el mejor que ofrece la ciencia para poder cumplir tu sueño. Cierto es, que en la mayoría de los casos por no decir en todos la reproducción asistida no se acepta como una buena opción al principio y el motivo de esto es porque durante toda nuestra vida nos hemos hecho una idea y una expectativa de cómo iba a ser nuestra vida y como iba a ser el momento en el que decidiéramos ser padres. La realidad choca con esa idea provocando una frustración y una inseguridad para la que la pareja necesitará tiempo para acomodar esa nueva fórmula científica alejada de la idea romántica de procrear.
LOS PROCESOS EMOCIONALES A LOS QUE SE ENFRENTA LA PAREJA DURANTE UN TRATAMIENTO DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA
La experiencia de la infertilidad, el diagnóstica que se recibe en una primera visita lleva a la sensación de ambigüedad en la relación y en la estructura familiar, aumenta los niveles de ansiedad, culpa, somatización y depresión. El apoyo y a veces el tener algún miembro cercano que haya pasado por un tratamiento hace que el afrontamiento a tal situación produzca menos incertidumbre, creando una mayor sensación de control. La satisfacción y la comunicación en la pareja se ven afectados y se generan cambios importantes en las relaciones sexuales y en las relaciones sociales. Por otro lado, los procedimientos diagnósticos durante el estudio de fertilidad y el tratamiento representan para las parejas una enorme fuente de estrés ya que se exponen a técnicas muy invasivas y a un alto gasto de tiempo y dinero
La última parte del tratamiento no es menos importante la llamada beta-espera. A los pacientes les invade una enorme felicidad si el resultado es positivo y están embarazados. No ocurre lo mismo ante un resultado negativo de embarazo. La pareja siente que el fallo es suyo, los pensamientos negativos empiezan a aparecer con más frecuencia. La incertidumbre crece, es posible que aparezcan pensamientos catastróficos como “no lo voy a conseguir nunca” o “tengo alguna enfermedad que no saben y por eso no puedo ser madre”. En estos momentos son en los que se hace necesario ese apoyo psicológico que haga a estos pacientes volver a un estado normal de expectativa y de certeza.
LA IMPORTANCIA DE LA FIGURA DEL PSICÓLOGO DURANTE EL PROCESO
El sufrimiento que supone esta situación para la pareja, y las últimas aportaciones de algunos estudios apuntan que los pacientes infértiles padecen un sufrimiento parecido al de los pacientes oncológicos, de ahí que sea muy recomendable la existencia de una Unidad de Apoyo Psicológico en los Centros de Reproducción Asistida. De igual forma, es necesario dentro de estos Centros, la organización de circuitos asistenciales, multidisciplinares, que incluyan la asistencia psicológica como una parte más de los servicios ofrecidos y que posibiliten una atención integral a los pacientes. Sin embargo, todavía existen muchos servicios de medicina reproductiva, tanto públicos como privados, que no contemplan esta asistencia psicológica.
Las actuales directrices que rigen los Centros de Reproducción Asistida, en Europa y Estados Unidos, enfatizan el que las parejas, o pacientes en general, perciban también la calidad asistencial, a través del cuidado social y anímico. Para ello es imprescindible que todos los miembros del equipo terapéutico desarrollen al máximo su capacidad y habilidades, creando un ambiente positivo centrado en el paciente.
Cualquier duda sobre el apoyo psicológico que brindamos a nuestros pacientes antes y durante los tratamientos de reproducción asistida, nos tenéis a vuestra entera disposición en el email info@institutodefertilidad.es o en el teléfono 971 780 720 nuestros especialistas en fertilidad estarán encantados de escucharos y poderos brindar tanta ayuda sea necesaria.
Un fuerte abrazo de todo el equipo
Instituto de Fertilidad Mallorca